Rentas cortas: una tendencia en crecimiento en Colombia

Las rentas cortas, también conocidas como alquileres temporales o de corta duración, han ganado protagonismo en el mercado inmobiliario colombiano. Plataformas como Airbnb y Booking han impulsado este modelo, especialmente en ciudades turísticas como Medellín, Cartagena y Bogotá. Hoy, no solo viajeros internacionales optan por este tipo de alojamiento: también lo hacen trabajadores remotos, nómadas digitales y colombianos que buscan flexibilidad en su estadía.

El auge de las rentas cortas responde a la demanda de espacios bien ubicados, amoblados y con servicios incluidos, lo que genera para los propietarios una rentabilidad más alta frente al arriendo tradicional. Mientras que un alquiler a largo plazo suele tener rentabilidades anuales entre el 5% y 7%, las rentas cortas pueden superar el 10% o 12%, dependiendo de la ocupación y la gestión.

Sin embargo, este modelo también plantea retos. El primero es la regulación: en varias ciudades se han empezado a discutir normas para equilibrar la oferta y proteger tanto a propietarios como a comunidades residenciales. El segundo es la gestión profesional, ya que se requieren estrategias de marketing digital, limpieza, mantenimiento y atención al cliente para asegurar una experiencia positiva.

En conclusión, las rentas cortas son hoy una de las opciones más dinámicas del sector inmobiliario en Colombia. Con la correcta planeación, pueden convertirse en una alternativa rentable y sostenible tanto para inversionistas como para inquilinos temporales.